Conserve su derecha

Durante los últimos días tuve la fortuna de que mis hermanos, estando de vacaciones, me llevaron al trabajo todos los días. Sin embargo, la semana pasada se terminó el encanto y tuve que volver a tomar el metro como de costumbre. Curiosamente, me percaté de que en la estación Salto del Agua (supongo que en algunas otras donde hay transbordos ocurre lo mismo), ahora están señalados en el piso los carriles por los cuales deben circular las personas. Creo que es una buena acción la que se ha tomado para evitar los tumultos y estar chocando de frente con las personas que transbordan hacia la otra línea del metro.

Era de esperarse que las personas por sí mismas no respetaran su carril, por tal motivo, el personal del metro se ha dado a la tarea de situarse a lo largo del recorrido del transbordo con altoparlantes indicando a los pasajeros la manera en la que deben transitar. Sin embargo, aún así, hay quienes no respetan y de pronto se salen del carril y se pasan por el otro para rebasar, ignorando por completo las instrucciones que se les da por el megáfono.

Ya entrando en pensamientos un poco más locos, me pregunto que sucederá más adelante, si el personal se retirará por completo confiando en que los pasajeros sabrán respetar las indicaciones de los señalamientos, o si será necesario recurrir a "policía peatonal" para que se hagan respetar las leyes y se apliquen sanciones a los peatones que no circulen por su carril. Probablemente haya algún peaton que lleve mucha prisa y corra por el otro carril y un oficial de la policía peatonal intente infraccionarlo, pero el peatón decida sobornarlo, el policía acepte el soborno y el rumor empiece a circular; comenzarán a hacerse frecuentes los sobornos hasta que sea necesario que las cámaras de vigilancia se utilicen más para evitar la corrupción que para proteger a los ciudadanos que transitan por la estación; los reportajes televisivos de la corrupción se hagan populares y haya que recurrir a policías infiltrados para impedir que las mafias se salgan de control. Bueno, en una cultura en la que el respeto por los señalamientos nunca se nos ha dado, todo puede suceder.